martes, enero 09, 2007

El mundo aromático

"Como si el infierno oliera a azufre y el paraiso a incienso y mirra."
Sacado de "El Perfume", de Patrick Suskind. Una novela dedicada a los aromas. El olfato es un sentido del que no prestamos demasiada atencion. Pero al igual que todos los sentidos, lo aplicamos al dia a dia para determinar fragancias agradables o desagradables. A veces, simplemente tolerables.

Este libro me inspira a preguntarme...
Acaso el amor huele a chocolate?

Acaso la traición huele a ácido?
Acaso la indiferencia huele a metal?

Acaso el dolor huele a sangre?

Acaso el deseo huele a sudor?

Acaso la muerte huele a pasto mojado?

Acaso los besos huelen a rosas?

Acaso la satisfacción huele a papel moneda?

Acaso la desilusión huele a licor?

Acaso el vacio huele a agua de mar?

Acaso la alegria huele a miel de avejas?

Acaso las crisis huelen a tabaco?

Acaso el odio huele a plástico ardiendo?

Acaso la pasión huele a hombre?

Acaso la paz huele a lluvia?

Acaso tu escencia huele a amoníaco?

A que huele mi ser? A que huele mi voz? A que huelen mis letras? A que huelen mis pasos? A que huele mi alma? Un olor putrefacto o fresco?
Acaso lo que NO siento huele a mierda?

Aquí les dejo, un fragmento del libro que me encantó.
De la pared sobresalía un tejadillo de madera inclinado y debajo de él, sobre una mesa, parpadeaba una vela. Una muchacha se hallaba sentada ante esta mesa, limpiando ciruelas amarillas. Las cogía de una cesta que tenía a su izquierda, las despezonaba y deshuesaba con un cuchillo y las dejaba caer en un cubo. Debía tener trece o catorce años. Grenouille se detuvo. Supo inmediatamente de dónde procedía la fragancia que había seguido durante más de media milla desde el otra margen del río: no de este patio sucio ni de las ciruelas amarillas. Procedía de la muchacha.
Por un momento se sintió tan confuso que creyó realmente no haber visto nunca en su vida nada tan hermoso como esta muchacha. Sólo veía su silueta desde atrás, a contraluz de la vela. Pensó, naturalmente, que nunca había olido nada tan hermoso. Sin embargo, como conocía los olores humanos, muchos miles de ellos, olores de hombres, mujeres y niños, no quería creer que una fragancia tan exquisita pudiera emanar de un ser humano. Casi siempre los seres humanos tenían un olor insignificante o detestable. El de los niños era insulso, el de los hombres consistía en orina, sudor fuerte y queso, el de las mujeres, en grasa rancia y pescado podrido. Todos sus olores carecían de interés y eran repugnantes... y por ello ahora ocurrió que Grenouille, por primera vez en su vida, desconfió de su nariz y tuvo que acudir a la ayuda visual para creer lo que olía. La confusión de sus sentidos no duró mucho; en realidad, necesitó sólo un momento para cerciorarse ópticamente y entregarse de nuevo, sin reservas, a las percepciones de su sentido del olfato. Ahora "olía" que ella era un ser humano, olía el sudor de sus axilas, la grasa de sus cabellos, el olor a pescado de su sexo, y lo olía con el mayor placer. Su sudor era tan fresco como la brisa marina, el sebo de sus cabellos, tan dulce como el aceite de nuez, su sexo olía como un ramo de nenúfares, su piel, como la flor de albaricoque... y la combinación de estos elementos producía un perfume tan rico, tan equilibrado, tan fascinante, que todo cuanto Grenouille había olido hasta entonces en perfumes, todos los edificios odoríferos que había creado en su imaginación, se le antojaron de repente una mera insensatez. Centenares de miles de fragancias parecieron perder todo su valor ante esta fragancia determinada. Se trataba del principio supremo, del modelo según el cual debía clasificar todos los demás. Era la belleza pura.
Grenouille vio con claridad que su vida ya no tenía sentido sin la posesión de esta fragancia. Debía conocerla con todas sus particularidades, hasta el más íntimo y sutil de sus pormenores; el simple recuerdo de su complejidad no era suficiente para él. Quería grabar el apoteósico perfume como con un troquel en la negrura confusa de su alma, investigarlo exhaustivamente y en lo sucesivo sólo pensar, vivir y oler de acuerdo con las estructuras internas de esta fórmula mágica.
Se fue acercando despacio a la muchacha, aproximándose más y más hasta que estuvo bajo el tejadillo, a un paso detrás de ella. La muchacha no le oyó.
Tenía cabellos rojizos y llevaba un vestido gris sin mangas. Sus brazos eran muy blancos y las manos amarillas por el jugo de las ciruelas partidas. Grenouille se inclinó sobre ella y aspiró su fragancia, ahora totalmente desprovista de mezclas, tal como emanaba de su nuca, de sus cabellos y del escote y se dejó invadir por ella como por una ligera brisa. Jamás había sentido un bienestar semejante. En cambio, la muchacha sintió frío. No veía a Grenouille, pero experimentó cierta inquietud y un singular estremecimiento, como sorprendida de repente por el viejo temor ya olvidado. Le pareció sentir una corriente fría en la nuca, como si alguien hubiera abierto la puerta de un sótano inmenso y helado. Dejó el cuchillo, se llevó los brazos al pecho y se volvió.
El susto de verle la dejó pasmada, por lo que él dispuso de mucho tiempo para rodearle el cuello con las manos. La muchacha no intentó gritar, no se movió, no hizo ningún gesto de rechazo y él, por su parte, no la miró. No vio su bonito rostro salpicado de pecas, los labios rojos, los grandes ojos verdes y centelleantes, porque mantuvo bien cerrados los propios mientras la estrangulaba, dominado por una única preocupación: no perderse absolutamente nada de su fragancia.
Cuando estuvo muerta, la tendió en el suelo entre los huesos de ciruela, le desgarró el vestido y la fragancia se convirtió en torrente que le inundó con su aroma. Apretó la cara contra su piel y la pasó, con las ventanas de la nariz esponjadas, por su vientre, pecho, garganta, rostro, cabellos y otra vez por el vientre hasta el sexo, los muslos y las blancas pantorrillas. La olfateó desde la cabeza hasta la punta de los pies, recogiendo los últimos restos de su fragancia en la barbilla, en el ombligo y en el hueco del codo.
Cuando la hubo olido hasta marchitarla por completo, permaneció todavía un rato a su lado en cuclillas para sobreponerse, porque estaba saturado de ella. No quería derramar nada de su perfume y ante todo tenía que dejar bien cerrados los mamparos de su interior. Después se levantó y apagó la vela de un soplo.

Los sentimientos no solo se sienten, oyen, tocan y escuchan. Se huelen. Los aromas son, al final, una forma de recordar el sentido.
Acaso la inspiración, es como un perfume?? Va y viene dejando rastros de fragancia?

15 Comments:

Blogger EduardoEquis said...

¡El Perfume!

Me encantó ese libro, uno de mis favoritos. Es un forma increíble como retrata el sentido del olfato, y como lo mezcla con el incomprendido protagonista.

¡¿Sabias que estrenaron la película basada en el libro?!
El trailer, cuando lo vi, prometía.

xpresa.blogspot.com/2006/04/el-perfume.html
www.blogdecine.com/2006/05/16-trailer-de-el-perfume

1/10/2007 11:17 a. m.  
Blogger **FüçKîN BïT©h**: said...

El perfume como alguna vez lo dije es uno de los libros que mas me ha gustado leer... creo que ya lo lei 3 veces. Nunca me ha gustado ver adaptaciones al cine de buenos libros... siempre te quedas insatisfecho por los resultados.

Ay brujita si supiereas a que huele mi alma no te gustaria que escribiera en tu cuadro de comentarios... todos tenemos un lado putrfacto que nos cobija y disfrazamos la mayor parte del tiempo... solo que yo no procuro hacerlo...

UN SALUDO

1/10/2007 1:03 p. m.  
Blogger SoRrUs said...

verga que intenso este post !!!

PD: a que huele este comentario ? xD

1/10/2007 4:24 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

UUUUUUUUUHHHHHHHHHHHHH el perfume!!! bastante bueno! si... es cierto no se le presta mucha atencion al olfato... yo lo hago pero tal vez no lo suficiente... casualidad hace poco habia estado leyendo sobre el cerebro y cai el la parte del olfato.. y hay tantas cosas q se pasa por alto q te dan un buen rato de lectura... el olfato es algo sumamente importante... se ha dejado a un lado pq la persepcion se ha basado ultimamente en el oido y en la vista... pero igual ahi esta... incluso, lo q mas estimula a la memoria es el olfato.. no te ha pasado q hueles algo y se te hace conocido y te pones a recordar y resulta q fue un zapato q tenias hace 14 años y eran tus favoritos para esa epoca? o algo por el estilo.. eso pasa pq la parte del olfato y la parte de la memoria se encuentran en el mismo sistema dentro de los 3 principales en los cuales esta dividido el cerebro... bueno... ya esto esta como loco para un comentario nada mas! ya me extendi... bueno me despido... me gusto todo... besos besos y bye bye... chuo...

PD: Post Data

1/10/2007 7:18 p. m.  
Blogger Luis said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

1/11/2007 3:38 a. m.  
Blogger Luis said...

La verdad que estoy de acuerdo con todos, El Perfume esun libro simplemente magistral, y toca una parte que como dices no se explota o trata como debería, la parte del sentido del olfato... no hay nada mejor que la "memoria olfativa" esa que nos hace evocar recuerdos a través de un olor que sentimos en el ambiente, es igual a cuando damos un beso en un cuello, por ejemplo, si le sumamos a la suavidad que sienten nuestros labios un olor dulce la experiencia se hace sublime...

Te dejo el fragmento que dedica Josefa Parra al olfato en su poema sobre "Alcoba del Agua:

"DEL OLFATO

La vainilla; el espliego; el verdín; la canela.
A veces un aroma delgado como de agua,
como de nube o lluvia; a veces un violento
perfume que recuerda la piel de una gacela,
el sudor y la sangre de un animal en celo.
Pero siempre, al final, la vainilla, el espliego..."

Espero te guste... muchos saludos y un abrazo... :)

1/11/2007 3:40 a. m.  
Blogger Ricardo J. Román said...

Me encantó este post. No me imaginé que fueras a percibir tanto así de un libro. No es fácil percibirlo todo desde ese enfoque como lo hiciste, y menos de un libro que parece hablara de las formas con la que el olfato describe los sentidos, sino la profundidad que en parte abarcaste, pero que claro, se trata de un post y no de una tesis jeje.

Me encantó, besitos.-

1/11/2007 7:15 p. m.  
Blogger Dereck Ashtart said...

hola, ya estoy de regreso, por aki nos leeremos mas seguido ke antes... kuidate.

1/11/2007 9:55 p. m.  
Blogger kaopunk said...

Wowww vero te la comiste... de verdad me parecio super interesante... m pusiste a pnsar d paso (mira q es bn dificil) aromas...
aromas...
aromas y recuerdos...

1/12/2007 7:19 a. m.  
Blogger Vigi said...

ese libro es lo maximo... el olfato es tan sublime adoro los aromas todo lo recuerdo por la nariz....

1/12/2007 8:02 a. m.  
Blogger Polux said...

los aromas son colores,
colores q nos llevan alla, por los pesados recuerdos.


quienes son apra volar por mis dedos?

lindo blog.

saludos!

1/12/2007 1:17 p. m.  
Blogger Fausto Vargas said...

mi primer libro que leei como si fuera ayer.. buen blog saludos.primera vez por aqui

1/12/2007 6:23 p. m.  
Blogger Ruth Santos said...

El perfume es el libro más preciso, tiene las palabras justas para describir cada uno de los olores existentes, es como la conección directa entre lo visual y lo olfativo. El otro día me estuve leyendo "la paloma" del mismo autor del perfume, y tiene la compulsividad del protagonista del perfume, es un libro corto y obsesivo, muy bueno para leerlo una noche de insomnio, lo recomiendo.
Por cierto, tus preguntas son tan expresivas, y tan profundas que lo único que podemos hacer es recordarlas cuando olamos cada uno de las fragancias que escribes.

1/14/2007 9:11 a. m.  
Blogger Marifé said...

Blue Jeans me hace recordarlo

1/17/2007 2:37 p. m.  
Blogger BLooDy RuTh said...

=O muy interesante escrito me dejo con la boca abierta Jajaja me gustaria leer el libro completo!!! ;D saludos por aca!!!

1/21/2007 11:45 a. m.  

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