jueves, mayo 31, 2007

Hágase tu voluntad

Caminando por el callejón de la demencia, fue sorprendida. Ella no quería estar alli, y llego por medio de caminos que nunca quiso recorrer. No fue su culpa, pues solo buscaba una salida. Pero se adentraba más y más en lo desconocido, hasta que una fuerza extraña le hizo sentir frio. El viento alborotó sus cabellos y levantó su falda suavemente, haciendo rozar la tela entre sus piernas. Las luces se apagaron, y el silencio reinó en ese espacio. Sintió vagamente como un par de manos sujetaron las suyas contra una pared. Aunque esos dedos la sorprendieron y agarraban con fuerza sus muñecas, ella apenas lo sintió. Solo supo que debia dejarse llevar; resignandose a no luchar contra su sublime e inexistente atacante. Sin saber como ni cuando, su espalda tocó el suelo, frio cual hielo, y su falda comenzó a bajarse. Cerró los ojos mientras los botones de su blusa rebotaron contra las paredes de piedra. No intentó tocarlo, pues sabía exactamente quien era, y no iba a poder evitar lo siguiente. Sus piernas se abrieron lentamente, y un testigo habria dicho que se suavizaron por voluntad propia. Ella besaba el aire y secaba de su cara los rastros de DOLOR que por alli se deslizaban. Sintió humedad en sus senos, como si siete lenguas se deleitaran con su piel, con su desnudez y con su locura. Otras siete manos la tocaron, abrazaron su espalda con pasión; las bocas morieron sus muslos y lamieron su entrepierna. Ella solo se preguntaba el porqué de tanta verguenza, tanto abuso, tanto vigor, tanto placer, tanta tortura. Se sintió como la muñeca de sus propios demonios. Los siete la penetraron profundamente, pero al menos sus labios no fueron tocados. No, sus labios estaban reservados para el amor. Sintió la DOLOROSA penetracion en su parte más sensible, junto con los rastros de humedad roja entre sus piernas. El DOLOR se movia vigorosamente dentro de ella, pero no se quejó. Sabía que si lo hacía, seria peor, pues asi funciona la piedad. Él (o eso) no gemía, no reía, no respiraba. Su cuerpo se movia a un ritmo cada vez mas rapido y violento, y en el cerebro de la inocente, solo golpeaban gritos pidiendo que todo terminara, provocando el eco con las paredes de sus neuronas, expresado en una sensual voz que murburaba que nunca terminara. Su espalda golpeaba contra el piso cada vez mas rapido, hasta que todo se detuvo repentinamente. Abrió los ojos y la iluminación del callejón habia vuelto a la normalidad. Su cuerpo estaba vestido de nuevo, y su espalda y muslos estaban adoloridos. Se paró y continuó caminando. Por el callejón de la demencia. Violada. Por su propio dolor.

lunes, mayo 21, 2007

Me niego

Eres como el brillo de las estrellas que se dibujan en...........
No, no, que cliché...


El olor de las flores en primavera no se compara con tu.........
Ay no, tampoco, la primavera
me da alergia...

Te has encargado de ganar la llave de mi........
¿Corazón? ¿Desede cuando mi corazón tiene puerta?...


Eres el sanador de la soledad que me...........
Ah pues, ¡yo no estoy enferma! mmm...


Tu cálido aroma me embriaga cual copa de.........
Que boba, cálido aroma, ni que el olor tuviese temperatura...


Este amor es tan profundo como el Atlánti.........
Ay no, muy frio...


Eres lo mejor que ha pasado en mi vi.........
¿Que? Ni que yo no hubiese vivido nada...


Te necesito como las mariposas al..........
¡Coño! ¿Y si luego piensa que lo necesito de verdad?...


Tu voz es como el canto de las sirenas que hipnotizan a............. Sin comentarios

Demasiadas palabras, demasiado trilladas, demasiado ridículas. No negaré que yo soy cursi, pero al menos mis frases sinceras no incluyen mariposas, flores, u olores calientes. Realmente no quiero escribirte un poema. No necesito un párrafo disfrazado de belleza para expresarte lo que siento. Contigo me propuse dejar en el closet el protocolo de las palabras bonitas y pensadas desde hace años. Contigo funciono por impulsos. Contigo no pretendo, pues se que no me he ganado tu cariño a punta de coqueteos. Se que no estas conmigo porque domine el arte verbal. Por eso a veces me quedo callada. Tu sabes lo que siento, ¿para qué intentar adornarlo? Y si a veces lo adorno, sabes que sale de mi morado corazón, y no de un poema de Shakespeare, ni mucho menos de google.
Habiendo aclarado todo aquello... Hoy solo quiero decirte una cosa, que ya sabes...

Estoy segura de que me amas.
Porque si no,
ya hubieses visto mil razones
para no querer estar a mi lado.

lunes, mayo 14, 2007

Relleno

No sabes qué, pero algo tienes que estar haciendo mal.

Hace poco escuché que cuando se responden nuestras preguntas de la manera que queremos, es cuando comienza la felicidad. Desde que nacemos hasta que morimos, desde que despertamos hasta que dormimos nuestras vidas están llenas de preguntas. Cotidianas y existenciales. ¿Qué hago de comer? ¿Me ama? ¿Cerré la puerta con llave? ¿Estaré cumpliendo la misión de mi vida? ¿Qué hora es? ¿Moriré feliz? Todas nos las preguntamos a nosotros mismos. Es una lástima que demasiadas veces no hay respuestas. Y es alli cuando me pregunto, ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Será que no soy lo suficientemente audaz o profunda como para resolver las interrogantes de mi propia vida? Llega la resignación y te conformas con examinar las preguntas una y otra vez, esperando descubrir en ellas alguna clave que no habias notado y que, como por arte de magia, te dirija hacia la respuesta que buscas.
Si eres una persona conciente de tu conciencia, sabes que eres responsable de tu condición, y que si no te sientes completo, es porque algo más tienes que buscar -si eres un idiota, culparás a todo el mundo menos a ti mismo, y disculpenme los ofendidos. Algo tengo que estar haciendo mal. Cuando llega el momento de buscar soluciones, y me doy cuenta de que no las tengo, es como si retrocediera gigantes pasos hacia el estado aquel en el que la espera es responsable de solucionar mis problemas. ¿Que tan paciente puede ser una persona que piensa que esperar es un desperdicio? No me pienso meter en las infinitas connotaciones del tiempo y su multifacética personalidad.
Más preguntas, ¿Cuanta desesperación podre soportar? ¿En que momento explotaré? Y cuando explote, ¿Qué acciones tomaré? Probablemente ninguna. Hay demasiada distancia entre yo y yo como para que ocurra una revolución emocional, o incluso, una iluminación cerebral. Pienso que la vida no tiene que ser una masturbación intelectual, no es simplemente recolectar ideas y argumentos. Muchas cosas residen en las preguntas. Hay demasiadas preguntas. Hay respuestas que nos inventamos y aunque sepamos que son falsas, nos tranquilizan. Yo caigo en ellas aunque no quiera, y no puedo evitarlo, siempre queremos saberlo todo. A eso podemos llamarlo excusas o ilusiones.

¿Te sientes incomodo con tu alrededor?
Un punketo: sí.
Un ambientalista: sí.
Una bruja: sí.
¿Te sientes cómodo contigo mismo?
Solo un niño podria decir que sí
siendo 100% sincero.
Siempre hay algo que nos molesta.
Por la variedad.
Hay gente que se parece a ti,
pero hay más gente que no.
Hay una pregunta para la cual si tengo respuesta,
y es la primera que hay que saber
para eso que mencioné al princio,
eso de “el comienzo de la felicidad”, y es,
¿Quieres vivir?
Yo: Si, ¿Por qué no?

En fin, ¿qué respuestas voy a saber yo? Si nisiquiera consigo las medias blancas en el cajón. ¿Donde buscar? No lo se, me cansé de buscarle explicación al cansancio. Mejor me hipnotizo un rato viendo las lineas del cuaderno o las del modelo cuadriculado de mi cubrecama. Al menos no he caido en drogas =D

pd: Espero que a nadie se le haya olvidado alimentar el comercialismo del día de ayer con la respectiva visita a Hallmark o cualquier establecimiento donde pudieron comprar un detalle decente para agradecerle a cierta persona que les dió la vida.

martes, mayo 01, 2007

1 2 3 por mi!

Escondo trazos de pasado
Escondo celulitis bajo el pantalón
Escondo lágrimas con cebolla
Escondo el miedo en un cajón

Y mientras más escondo cosas
Más me lleno de secretos
Se reprimen como los deseos
Que se esconden bajo el colchón
Y en la luna hay otros cuantos
En la lista escondo una canción
La ignorancia bajo la cama
Un cuchillo bajo la almohada
Y tu perfume se oculta en mi imaginación
Los suspiros en el humo
La alegria quien sabe en donde
Y un montón de castigos en el corazón

Escondo sueños ilusos
Escondo fantasías eróticas
Escondo rastros de estupidez
Escondo las fotos feas
Escondo escritos en todos mis cuadernos
Escondo el constante dolor de cabeza

Un cadaver en el closet
Un amor prohibido
Las calorías que hoy he comido
La verguenza bajo tierra
El sudor en la nevera
La soledad en la cartera
Y entre todo lo que escondo
La expresión a veces delata
Pues los secretos son vulnerables a las musas
Como la vista al resplandor
Como mis ilusiones a tu amor

Y estoy segura que tú escondes
Lo que sea, y hay derecho
Cicatrices en las rodillas
O las ojeras que solo conoce el espejo
Yo no soy ningún misterio
Pero solo enseño lo que quiero
Lo que escondo que se hunda
En mi retorcido criterio
Los gritos se esconden en la noche
La impaciencia en mis uñas mordidas
Y mi juicio... En la poceta. Yo? No me esconderé del mundo...