Happy Halloween
Remontémonos al pasado, a mi niñez. Tenía yo unos 7 añitos. Vivía en el pueblo de Anaco, en una residencia cerrada y segura, de la empresa petrolera que hoy se llama “PDVSA” y que para aquel momento se llamaba “CORPOVEN”. Y allí estaba yo, esa noche, con mis amiguitos, con una bolsita en la mano llena de dulces y caramelos de todo tipo, divirtiéndome tocando los timbres de puerta en puerta para recibir de quien fuese una colaboración para agrandar mi bolsita. Allí estaba yo contenta, esperando con ansias el momento en el que llegaría a mi casa a enseñarle a mi mamá todo lo que había en mi bolsa para luego comer tanto como pudiera. No recuerdo de que estaba disfrazada, probablemente cargaba puesto cuanto trapo encontré, alegando estar disfrazada de bruja. Todo estaba muy bien, hata que de la nada apareció un grupo de niños grandes, de unos 12 años. Tenían máscaras que me asustaron, pero yo y mis amiguitos seguimos caminando tranquilamente hacia la siguiente casa. Repentinamente, sentí el peligro. Uno de los niños grandes corrió por mi lado y cuando llegó a mi, arrebató de mis manos la bolsita de caramelos que cargaba con tanta ilusión. ASI ES SEÑORES, EL MUY HIJO DE PUTA ME QUITÓ MIS CARAMELOS!. Lo vi corriendo rapidamente hacia la oscuridad, y las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos. Me sentí tan tonta, tan pequeña, tan vulnerable ante ese niño grande que me había despojado de mi bolsita. Mi hermana (que en ese momento tendría unos 12 años también) me alivió, me dio otra bolsita, y puso en ella la mitad de los caramelos que había en la suya. Dejé de llorar, pero igual me sentía mal, porque me habían robado mis caramelos y porque mi hermana habia tenido que donarme parte de los suyos. Continuamos con el trayecto y poco a poco la sonrrisa volvió a dibujarse en mi rostro. Llegué a mi casa a contarle a mi mamá lo que habia sucedido y note su cara de sorpresa, preguntándose “¿como un niño puede ser tan cruel y tan coño de madre para quitarle los caramelos de la mano a una niñita?”.
Hoy me pregunto lo mismo, ¿Cómo fue capaz el desgraciado para hacer eso?. Supongo que los niños de hoy en día son asi, son malos, influenciados por Bart Simpson, son capaces de todo por unos cuantos dulces. Donde quiera que hoy esté ese niño grande, espero que alguna vez en su vida alguien le robe algo que de verdad le importa y sienta lo que yo sentí, verguenza y tristeza. Me gustaría volver a encontrarme con ese niño grande, para ver si es capaz de robarme lo que sea, pero esta vez no lloraré, esta vez lo caeré a patadas nada mas de saber que tiene intenciones de arrebatarme cualquier cosa. Hoy, después de 10 años, no soy tan chiquita ni tan débil, pero aún existe en mi memoria ese recuerdo, ese trauma infantil.
Sientanse libres de dejar anécdotas en los comentarios de este post, estoy segura de que muchos las tienen.